lunes, 6 de octubre de 2014

Desde Panamá con amor.

Aquí estoy, otra noche más acordándome de ellos, de los de toda la vida, de la antigua y la plaza, del verano y el invierno, de los buenos y los malos momentos.
Me paso noches en vela pensando en que seguro que les va bien porque están juntos y siempre que estábamos juntos hacíamos bien las cosas. Recuerdo miles y miles de momentos en nuestras cortas pero intensas y hago énfasis en intensas vidas, porque por mucho que nos subestimemos entre nosotros, la gente con la que hoy me relaciono, gente de ciudad, están vacíos, parece que hubieran crecido en frente de una televisión, sin salir a la calle a pasar tardes enteras en los parques y cada vez va a peor, en fin, escribo esto no para desahogarme, si no para recordarlos a ellos...
Nunca he sabido bien lo que pasaba por la cabeza de cada uno de ellos porque hemos pasado buenos y malos momentos, pero sin duda alguna los mejores momentos de mi vida están junto a ellos. Hemos hecho todo lo que un niño podría hacer en su infancia y sin duda le recomendaría a todos los niños que fuesen como nosotros y que nunca digan que no porque nosotros siempre nos hemos apuntado a todo y seguimos vivos.
Uno de nuestros relatos que se me viene ahora a la mente es la quema del local con los "Julito-Faraki-cosovares" y no puedo evitar reírme solo de pensarlo, pero, a quien le puedo contar yo eso si aquí nadie me creería, las mayores hazañas de la gente de ciudad esta en sus consolas u ordenadores. 
La verdad es que os necesito, más de lo que a veces me gustaría, espero que algunas veces vosotros también sintáis algo parecido por mi.

 Antonio
Jorge
Carlos
Fomos